#karate #karatedo #artesmarciales #ultimo #entrenamiento #tradiciones #budo #bugei #keikoosame

La palabra japonesa "Keiko" significa práctica o entrenamiento, y al ultimo entrenamiento del año, en una escuela Karate u otras Artes Marciales de raíces japonesas, se le denomina "Keiko osame".

El Keiko osame (último entrenamiento del año) ocurre como es lógico durante el mes de diciembre, una época llena de actividades significativas para los Dojos y Escuelas de Budo.

Normalmente, el Keiko osame no es un evento de gran formalidad, y en muchos Dojos, incluso en japón y Okinawa, no se marca como un evento especial dentro del calendario de actividades.

En la cultura japonesa, se da especial importancia a la celebración de las primeras cosas. A las ultimas cosas, sin embargo,  rara vez les dan atención especial. 

Una de las costumbres japonesas para estos días, y que usualmente se empata con el Keiko osame es el "susuhari", una ceremonia de barrer el piso en el final del año.

No obstante, muchos karatekas, budokas, practicantes de artes marciales, aprovechan el keiko osame para hacer una pausa del ajetreo de la vida, de la temporada de fin de año, y reflexionar un momento. 

Reflexionar sobre el año que termina, sobre todas las experiencias de este año en el Dojo, las vivencias con los compañeros, los momentos duros y desafiantes en los entrenamientos del año que termina, esos momentos de gran intensidad previos a los exámenes de grado y las dudas y exigencias durante cada examen  presentado.

Recordar esos momentos en donde nos topamos con una limitante en nuestra práctica marcial, esa técnica que se nos hizo tan difícil en un primer momento que creimos que no podríamos aprenderla nunca, ese movimiento que cuando nos lo enseñaron pro primera vez simplemente no podíamos hacerlo correctamente y quizá hasta dudamos de poder dominarlo alguna vez.

Rememorar y sentir de nuevo,   las lesiones, que pudimos haber sufrido, que nos causaron dolor y nos significaron un duro desafió, para poder superarlas y superarnos, y así lograr continuar puliendo nuestros cuerpos y nuestras mentes en el camino del guerrero.

Quizá hubo momentos donde nos sentimos estancados en nuestro progreso, e incluso nos cuestionamos a nosotros mismos si todas las dificultades y esfuerzos que significan ir a entrenar constante y diligentemente en el camino del budo, del karate, valía la pena; cuando es mas fácil abandonarlo y quedarnos en la comodidad de los placeres cotidianos que no requieren gran esfuerzo. A fin de cuentas ¿para que sirven las artes marciales en este mundo moderno? ¿No es mas fácil quedarme a disfrutar del ocio y del entretenimiento que abunda actualmente? ¿Para que esforzarme en el difícil camino de las artes marciales?

Y este keiko osame es una oportunidad de congratularnos por estar presentes en el Dojo, entrenando, aprendiendo. Es un momento de mirar atrás, a todo lo sucedido durante el año, a todo lo que superamos durante el año, y sentirnos orgullosos de estar aquí, en este momento. De saber que todo lo que pasamos, sufrimos y superamos ha tenido un fruto, una recompensa. Esas cosas que una vez nos parecieron imposibles de lograr o de superar, ahora las hemos dominado e incluso nos damos el gusto de reírnos un poco de nosotros mismos.

Si hemos llegado hasta aquí, hasta otro keiko osame, significa que el espíritu del guerrero es mas fuerte en nuestro interior, que hemos perseverado y hemos logrado completar otro ciclo de vida, hemos entrenado y aprendido a lo largo de otras 4 estaciones, y aprendimos a convivir y avanzar tanto en el calor del verano como en el frío del invierno. Hemos templado nuestro cuerpo y nuestra mente, y podemos sentirnos orgullosos y felices de ello.

Y este keiko osame, este ultimo entrenamiento, no es para nada el final, es solo una pausa para rememorar y agradecer. Es un momento de gratitud y contemplación en el flujo de la vida. 

Podemos recordar y evaluar nuestro Ichinen (一念) declarado por nosotros mismos en el Keiko Hajime  (稽古始め) al inicio de este año.  E iniciar a pensar en nuevos retos que queremos superar, un nuevo ichinen para el año que va a comenzar.

Vivamos con gratitud este keiko osame, como una pausa trascendente para apreciar y agradecer, y como punto de partida para las  cosas nuevas y desafiantes que nos depara el futuro, el nuevo ciclo que va a comenzar. El circulo de la vida ha completado un ciclo, y queremos, con esperanzas, iniciar uno nuevo.