No es el mío, este tiempo.
Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros afuera en el jardín, su profusión en hojas pequeñas, removiéndome igual que imitaciones,
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración obscena. Es que amanece.
Amanece otro día en que no estaré invitado ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento que, por no ser antiguo, -ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!— invite de verdad a arrepentirme con algún resto de sinceridad.
— Jaime Gil de Biedma
#PoemasPostumos #1968 #Poesian
